“Incorporación del enfoque de género en la investigación” es el nombre del taller en el que estudiantes de doctorado recibieron insumos teóricos y prácticos para integrar el enfoque de género en los procesos de investigación. En su primera versión participaron más de 20 estudiantes de diversas disciplinas, liderados por la experta Mery Rodríguez.
El proyecto InES de Género, a través de un trabajo en conjunto entre la Escuela de Graduados, llevó a cabo un inédito taller para introducir la mirada de género en el mundo de los estudiantes de doctorado de nuestra casa de estudios. La actividad se llevó a cabo en el contexto del Programa de Habilidades Transversales (PHT), creado en 2015, con el foco de entregar una formación integral a futuros investigadores de la Universidad.
El InES de Género es una iniciativa de las vicerrectorías de Investigación y Académica de la universidad, y se encuentra en su tercer año de ejecución. En su hoja de vida figuran talleres para académicos, investigadoras y por primera vez se realizó uno para doctorantes y candidatos a doctores y doctoras.
En su primera edición, el taller tuvo alta convocatoria: 21 estudiantes que, entre el 13 de marzo y el 26 de junio, aprendieron o ampliaron sus conocimientos sobre género desde el punto de vista teórico y práctico, adquiriendo diversas herramientas. Esto en modalidad online, gratuito y basado en “la necesidad de quienes obtienen grados doctorales de desarrollar habilidades y competencias que les permitan gestionar de manera adecuada los procesos de inserción en la academia”, señala el programa del taller.
En términos concretos, los contenidos incluyeron temas como brechas, nuevas metodologías, prácticas y actitudes para eliminar sesgos de género, y lenguaje no sexista, entre otros.
Pero, ¿cuál es el aporte e impacto concreto de un taller como este para estudiantes de doctorado? Primero, reconocer la importancia de la incorporación de la perspectiva de género en todo el proceso investigativo, explica Mery Rodríguez, quien dictó el taller. Luego, llevar este enfoque a cada una de las disciplinas analizando cómo esto ha ocurrido, ocurre y puede ocurrir, agrega. “En los trabajo finales se logró el objetivo del curso de una manera muy enriquecedora. Volver a revisar sus propias investigaciones desde la perspectiva de género permitió complejizar instrumentos, incluir análisis que no se habían contemplado, ampliar las referencias bibliográficas con las que se contaba, incorporar marcos teóricos y metodologías distintas”, dice la experta.
Diego Cosmelli, director de la Escuela de Graduados de la UC, señala que uno de los niveles de trabajo de la dirección que encabeza es el desarrollo de habilidades transversales en la formación disciplinar, durante el doctorado. “Por ese motivo, implementamos este taller. Nos parece crucial generar conocimiento con perspectiva de género desde la etapa de formación de nuevos investigadores e investigadoras, ya que esto enriquece y profundiza las distintas miradas sobre el desarrollo de conocimiento y la creación, más allá del área específica”, afirmó.
Desde InES de Género “trabajamos en distintos niveles para contribuir a estrechar las brechas de género en la academia, puntualmente en nuestra universidad”, apunta María Elena Boisier, directora de Investigación. “Este taller es parte de ese trabajo y nos parece muy necesario capacitar a los y las estudiantes de doctorado, gracias a esta colaboración con la Escuela de Graduados. Es clave ir entregando herramientas para incorporar el enfoque de géneros en las investigaciones”, agrega la directora de Investigación.
Ampliar la mirada
Io Contreras, estudiante del Doctorado en Historia en la UC, fue una de las participantes del taller de InES de Género y la Escuela de Graduados. Ella cree que hacer un doctorado en gran medida implica contribuir a la sociedad mediante metodologías científicas. “Este taller es un gran aporte para comprender cómo podemos complementar nuestras metodologías de base, para que nos permitan hacer investigaciones doctorales más profundas y enriquecidas desde distintos puntos de vista. Pudimos conocer y dialogar con el trabajo de nuestros pares en otras disciplinas, enriqueciendo aún más nuestros enfoques”, dice la candidata a doctora.
El aporte concreto a su estudio actual va en dos sentidos, comenta Io Contreras. “Permite complementar nuestras metodologías para profundizar las investigaciones. Y, al momento de aportar con los resultados y difundir las investigaciones, las hace más accesibles para todos. En segundo lugar, aplicar las teorías aprendidas en el taller al ámbito historiográfico, ayuda a demostrar con más facilidad que la historia no se trata sólo del pasado, sino del cómo percibimos y vivimos nuestro presente como sociedad e individuos”.
Emilio Berrios, arquitecto y estudiante del Doctorado en Ciencias de la Ingeniería, dice que le interesan bastante los temas de género. “Investigo el rol de los espacios colectivos en la cohesión social, y me interesa aprender más sobre los temas de género y cómo aplicarlos a las investigaciones, sobre todo en enfoques cuantitativos”.
El estudiante de cuarto año del doctorado explica que el taller le ayudó a aclarar su base conceptual respecto a género, y que el enfoque va más allá de las mujeres y lo femenino: también puede ser de inclusión o interseccional. “También, a aplicar el enfoque de género en todo el ciclo de la investigación, es decir, en la conformación de equipos, al publicar, o usar el lenguaje, entre otros ejemplos”, señala Berrios.
Mery Rodríguez confirma esas experiencias desde su mirada de docente a cargo del taller. “Surgieron elementos muy importantes para sus investigaciones, muchas reflexiones respecto a lo que no habían mirado y les permitió incorporar el enfoque”, cuenta la experta.
Ejemplos de ello el tema del embarazo para la aplicación de medicamentos; considerar las diferencias de género en la movilidad territorial o en el uso patrimonial; incorporar mujeres en la bibliografía que se usa, o en la conformación de quienes evalúan sus proyectos; tener en cuenta las formas de difundir para que se incorpore la perspectiva de género; sumar metodologías diferentes e incorporar la variable género en instrumentos de medición, enumera la académica.